Milonga del fusilado
No me pregunten quien soy
ni si me habían conocido
los sueños que había querido
crecerán aunque no estoy.
Ya no vivo, pero voy
en lo que andaba soñando
y otros que siguen peleando
harán nacer otras rosas
en el nombre de esas cosas
todos me estarán nombrando.
No me recuerden la cara
que fue mi cara de guerra
mientras hubiera en mi tierra
necesidad de que odiara.
En el cielo que ya aclara
sabrán cómo era mi frente.
Me oyó reír poca gente
pero mi risa ignorada
la hallarán en la alborada
del día que se presiente.
No me pregunten la edad
tengo los años de todos
yo elegí entre muchos modos
ser más viejo que mi edad.
Y mis años de verdad
son los tiros que he tirado
nazco en cada fusilado
y aunque el cuerpo se me muera
tendre la edad verdadera
del niño que he liberado.
Mi tumba no anden buscando
porque no la encontrarán
mis manos son las que van
en otras manos tirando.
Mi voz, la que está gritando
mi sueño, el que sigue entero
y sepan que solo muero
si ustedes van aflojando
porque el que murió peleando
vive en cada compañero.
(C. M. Gutiérrez y J. L. Guerra)
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