A la reunión propuesta por el Comandante General del M-19, para el 4 y 5 de julio en Panamá, fueron desplazados decenas de agentes de seguridad con el fin de capturar a Jaime Bateman, Iván Marino Ospina, Carlos Toledo y Elmer Marín. Estos, rápidamente, salieron hacia Costa Rica y en San José se reunieron con representantes de los medios de comunicación.
Jaime Bateman Cayón: Estamos en esta reunión fundamentalmente para informarles de las conclusiones que sacamos de dicha conferencia realizada en Panamá. Hay que informar que esta reunión tuvo como antecedente la toma de la Embajada de la República Dominicana por parte de nuestra organización, en la cual quedaron pendientes algunos temas relacionados con los derechos humanos, que en estos momentos nosotros denunciamos ante la opinión internacional como una violación flagrante por parte del Gobierno Colombiano.
Durante la toma de la Embajada de la República Dominicana, nosotros planteamos al Gobierno Colombiano la posibilidad de iniciar un diálogo para discutir las condiciones de un armisticio o de una amnistía en nuestro país que lleva más de 20 años en guerra de guerrillas. Nuestra posición inicialmente fue acogida por la mayoría de los sectores políticos en nuestro país, ya que es una posición democrática, nacionalista y que tiene en cuenta las actuales circunstancias que vive el país. Desgraciadamente el Gobierno Colombiano a nuestra petición de diálogo y de conversaciones, sin humillaciones, ha respondido como ha respondido siempre la oligarquía al pueblo Colombiano.
La respuesta ha sido, no hay diálogo con el movimiento guerrillero, no hay condiciones para una amnistía, donde no haya humillados..., por estas razones nosotros hemos planteado al país y a la prensa internacional, la necesidad de continuar esta posición que es esencialmente democrática. Nosotros creemos que en Colombia existen fuerzas lo suficientemente grandes como para evitar una guerra civil como la que se desarrolla en estos momentos en Centroamérica. Los sectores militaristas y los sectores monopólicos del país impiden la realización de esta idea. Ya hemos demostrado hasta la saciedad, nuestra condición para iniciar un diálogo fraternal entre Colombianos. Desgraciadamente el Gobierno Colombiano renuncia a cualquier discusión con el movimiento guerrillero.
Esto significa, de una vez por todas, que la guerra de guerrillas en Colombia continuará, y que el movimiento guerrillero, si se une, si se fortalece y si mantiene una línea democrática, nacionalista y patriótica podrá lograr un cambio, que nosotros queremos evitar que sea violento. De la reunión que realizamos en Panamá, donde no pudo participar la mayoría de los invitados por razones de represión, por los obstáculos que puso el Gobierno Colombiano para que no asistiera la mayoría, tocó realizarla en condiciones de absoluta ilegalidad, ustedes saben. Ustedes los periodistas saben que el Gobierno Colombiano movilizó una brigada del servicio de inteligencia a Panamá a impedir la realización de esta reunión. Nosotros por encima de esas condiciones hicimos una reunión cerrada, con determinados dirigentes del país, y logramos fundamentalmente los siguientes acuerdos:
1. El primero, el apoyo a un decreto de amnistía que tenga en cuenta la realidad del país; un decreto de amnistía que sea humano, un decreto de amnistía que tenga en cuenta la existencia de un movimiento guerrillero que no está derrotado, sino todo lo contrario, que está en su mejor época de desarrollo.
2. El segundo, el apoyo a la realización con todas las fuerzas democráticas del país a un Paro Nacional, donde se van a llevar a cabo las peticiones fundamentales de la clase obrera, del campesinado y de todas las capas populares del país.
3. En tercer lugar, el apoyo a un 2o. Foro por la Defensa de los Derechos Humanos en el país, donde participan la inmensa mayoría de las fuerzas políticas de nuestra patria.
Así las cosas, el M-19 reitera una vez más a las naciones que tienen fronteras con Colombia, especialmente Panamá, Venezuela, Brasil, Perú y Ecuador, nuestra posición firme de desarrollar en Colombia un movimiento democrático, que resuelva los problemas fundamentales, esenciales de nuestra patria, que son: el exceso, el profundo exceso de la monopolización de la economía y en segundo lugar, la militarización que en este momento corroe las entrañas de la libertad de nuestra patria. Nuestra posición es nacionalista, patriótica;
nosotros creemos que esto se puede arreglar dentro de los marcos de la actual situación que vive el país. No estamos planteando una revolución.... profunda, estamos planteando una revolución dentro de los marcos de la actual situación del país. Donde confluya la inmensa mayoría de la población e inclusive, grandes sectores de la burguesía nacional, que en estos momentos son expoliados y explotados, aunque parezca mentira, por los grandes monopolios. Seguiremos utilizando todas las formas de lucha; seguiremos utilizando todas las formas de la organización popular y seguiremos desarrollando la organización de un ejército revolucionario en nuestro país. Si el Gobierno cambia su posición radical de no entendimiento con el movimiento guerrillero nosotros estamos dispuestos al diálogo, estamos dispuestos a una apertura democrática; aún más, estamos dispuestos a legalizar nuestra actividad.
Pero mientras la actitud del Gobierno Colombiano sea la actitud guerrerista, humillante y cínica, la organización mantendrá en alto sus banderas de lucha armada, de lucha por la democracia y de lucha nacionalista. La visita acá es por un problema geográfico. Nosotros salimos de Panamá y necesitamos hacer conocer a la opinión pública, creemos que el Gobierno de Costa Rica es un Gobierno democrático. Nosotros respaldamos y hemos respaldado públicamente las acciones del Gobierno de Costa Rica, especialmente cuando se trataba de la solidaridad con el Gobierno, con la lucha del pueblo nicaragüense. Nuestro paso es un paso rápido, nosotros pensamos abandonar el país lo más rápido posible, no queremos crearle problemas al Gobierno costarricense, ni mucho menos, así como no se lo quisimos formar al Gobierno panameño.
Nosotros creemos que hay un movimiento en América Central que está removiendo los cimientos de las estructuras clásicas, en este momento en el área. Nosotros pensamos que el movimiento democrático que se desarrolla en América Central, tiene que tener una repercusión en Colombia. Y tiene que ser un aire fresco para tantos años de guerras y de muertes que lleva nuestro país. Creemos que esa solidaridad, fundamentalmente, no podemos pedir nada diferente, a que sea el apoyo a un proyecto democrático. Esencialmente democrático.
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