domingo, 10 de mayo de 2009

HABLA FAYAD

Días antes de sostener el diálogo con el Presidente Betancur, Alvaro Fayad, número dos del M-19, fué entrevistado en Quito sobre el actual gobierno colombiano y las posibilidades reales de llegar a un acuerdo de paz con ésto. El texto fue reproducido por el diario El País, de Madrid, el domingo siguiente al encuentro. Dado el total hermetismo tanto del Presidente como de los guerrilleros sobre el contenido de la conversación que tuvo lugar, esta entrevista, de la cual SEMANA presenta apartes, aunque es anterior a los hechos, es el documento más ilustrativo hasta el momento sobre el tema. 

Pregunta: ¿Cuál es la posición del M-19 frente a la amnistía? 

Respuesta: El grave problema que perfora la política y los llamamientos a la paz de Belisario Betancur es que no ha pactado ni querido negociar nada con el movimiento guerrillero, y la amnistía debía haber sido pactada con nosotros y las otras organizaciones. (...) Según el gobierno, con Belisario se iniciaba una etapa que definieron como posfranquista, de donde se deduce que Julio César Turbay Ayala era Franco.

 Nosotros, siguiendo el símil, exigimos una especie de Pactos de la Moncloa en los que estemos todos. Nosotros aceptamos la amnistía, pero no entregamos las armas, porque es la única posibilidad en Colombia de hacer oposición. Pero apoyamos la aministía, ya que es un primer paso hacia la paz; luego propusimos el segundo paso: silenciar simultáneamente los fusiles. Pero Belisario se quedó a mitad de camino, porque pacta con los monopolios, se deja encerrar y chantajear por los militares y basa su gobierno en los dos partidos tradicionales, liberal y conservador.

P.: ¿Qué diferencia encuentra el M-19 entre el liberal Turbay y el conservador Betancur? 

P.: Estos dos partidos se distribuyen el manejo del Estado, es imposible ser empleado público si no se es afiliado a uno de los dos partidos. Por eso, la propuesta de Betancur, con la que gana las elecciones, es la de un frente nacional, un movimiento nacional que rompa el bipartidismo, cosa que el país entero apoya y nosotros también.

 Las diferencias entre Turbay y Belisario son innegables: Betancur es un hombre de buenas intenciones, no es el conservador doctrinario, es un hombre que realmente quiere cambiar algo en Colombia, al menos en cuanto intenciones. Además, su origen humilde le da un estilo más popular, más democrático.

 Por todo ello, es impresionante el apoyo popular que todavía tiene Betancur, pero en economía, sociedad y política no bastan las buenas intenciones, hay que definirse a favor de quién se está.

P.: ¿Cómo se define el M-19? 

R.: Nosotros retomamos la figura de Bolívar: nuestra primera acción fue el robo de las espadas de Bolívar para devolverlas cuando haya libertad y democracia en Colombia, ya que lo que hay ahora es un formalismo liberal. En lo político expresamos una manera de ser, colombianos y revolucionarios, fuera de todo esquema marxista. Siempre se está pensando si esto lo dijo Lenin o Trotski, pero nosotros hemos desechado la teoría que simplemente sirve para explicar los hechos después de sucedidos o para intentar acomodar una realidad que no cabe en la teoría. Nuestros criterios son los de las masas, no estudiamos libros de Lenin; cuando un militante nuevo llega a la organización le damos a leer Cien años de soledad, de García Márquez.



P.: Busca el M-19 el socialismo? 

R.: ¿Cuál? ¿El de Felipe González? ¿El de Yuri Andropov? ¿Tito? ¿El de Vietnam? ¿Cuál? Nosotros luchamos por un régimen democrático en el que se expresen las fuerzas sociales fundamentales del país.

P.: ¿Cuántos hombres tiene el M-19 y qué armamento? 

R.: Cuantificar los hombres es difícil. Somos la segunda organización guerrillera en Colombia. La primera son las FARC, y en total en Colombia hay alrededor de 10.000 a 15.000 guerrilleros. Nuestro armamento es ligero de momento, aunque pensamos convertirnos en un ejército. Entonces deberemos comprar armas pesadas, y recalco lo de comprar porque a nosotros no nos provee ningún centro internacional. Nosotros robamos armas al Ejército y las compramos en el mercado negro; esas son nuestras fuentes.

P.: ¿Qué perspectivas ve para Colombia? 

R.: Dramáticas; estamos al borde de las definiciones. Ojalá se mantenga la posibilidad del cambio pacífico por las buenas intenciones de Belisario. El pueblo quiere creerlo, quiere apoyarlo, el movimiento guerrillero también quiere apoyarlo.

P.: ¿Cómo explican las gestiones de paz de Colombia en Centroamérica y la situación interna? 

R.: Es inexplicable, tiene que llegar el momento que su política internacional coincida con la interior. Nosotros saludamos positivamente su política hacia Centroamérica y los No Alineados, pero tiene que coincidir ser tan progresista y dialogante en Centroamérica con la actitud en el interior del país. Nosotros le dijimos a Belisario que la paz empieza por casa.

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